viernes, 21 de agosto de 2009

CUENTOS DE AVENTURA Y FANTASÍA

Este trabajo está orientado para ser llevado adelante con alumnos de 10 a 12 años. El material original se puede ver en: CONCURSO UP.

Propósitos:

Leer fragmentos de los clásicos de la literatura universal.
Realizar lectura literal e inferencial.
Reconocer indicios espacio – temporal.
Crear y describir personajes y situaciones.
Descubrir las características de los cuentos de ciencia ficción y diferenciarlos de los fantásticos.
Reconocer y utilizar formas de sustitución
Identificar y diferenciar tipos de narrador.
Producir textos ficcionarios.
Realizar auto y co-corrección reflexionado y aplicando las normativas gramaticales y ortográficas para el uso de la lengua escrita.
Desarrollar la creatividad.

Motivación: Alguna vez enfrentaron obstáculos y dificultades para alcanzar un sueño. Conocen a alguien que lo haya vivido, han leído o visto una película que hable de enfrentar obstáculos y dificultades para lograr llevar adelante un sueño.

Desarrollo: Te preguntarás cómo hacerlo… manos a la obra. Para ello trabajaremos en etapas:

1. Sobre el texto que vas a escribir
2. Pistas para armar un personaje
3. Leer y escribir sobre sueños, deseos y obstáculos
4. Lecturas para inspirarse
Tendremos en cuenta las indicaciones y explicaciones del capítulo 3 del manual.

Sobre el texto que vas a escribir
Qué te parece narrar la historia (o parte de la historia) de un personaje que, después de enfrentar obstáculos y dificultades, alcanzó un sueño que perseguía desde chico.
Como ocurre en muchos cuentos y novelas, tu relato estará narrado en tercera persona. Esto significa que quien cuenta la historia no es el protagonista, sino alguien que no participa de ella. Cuando el narrador externo sabe lo que hacen, piensan y sienten los personajes, se dice que es omnisciente.

Pistas para armar un personaje
Cuando leemos un cuento o una novela, a medida que avanzamos en sus páginas, vamos conociendo a sus personajes a través de información que nos da el autor acerca de aspectos tanto físicos como de su personalidad y de sus modos de “andar por la vida”.
Así, su nombre, vestimenta, modo de desplazarse, tics y gestos más habituales, deseos y temores, maneras típicas de actuar, lo que otros piensan sobre ellos, las personas con las que se relacionan, entre otras cosas, nos van permitiendo conocer a estos seres “hechos íntegramente de palabras”.

Para crear tu personaje, podés responder las siguientes preguntas:
¿Cómo se llama?
¿Dónde nació?
¿Cuántos años tiene?
¿Siempre vivió en el mismo lugar? ¿Con quién vive?
¿Trabaja? ¿Cómo ocupa su tiempo libre?
¿Con quienes se relaciona? ¿Tiene amigos?
¿Su familia es grande o pequeña?
¿Cuáles son sus hábitos y costumbres? ¿A qué le tiene miedo?
¿Qué es lo que más le gusta hacer?

Presenta el personaje a tus amigos para que te hagan preguntas sobre él.
¿Podés responder todo o necesitás seguir trabajando?

Leer y escribir sobre sueños deseos y obstáculos
Visitar un lugar lejano, encontrarse con un hermano que vive en otro país, terminar los estudios, descubrir la fórmula de una vacuna contra una enfermedad, resolver un enigma... Encontramos estos sueños y deseos en cuentos, novelas, libros de historia, etc. Para que estos sueños se vuelvan realidad, las personas deben enfrentar obstáculos y dificultades.
Armá un listado de libros y películas que tratan sobre estos temas. A partir de esas historias, imaginá qué otros caminos podrían tomar los protagonistas para llegar a cumplir sus sueños.

Para escribir tu relato podés también conversar con tus maestros, familiares y conocidos acerca de sus sueños y proyectos ¿Lograron concretarlos? ¿Cómo? Si todavía el sueño no se cumplió, ¿qué piensan hacer? Imaginá cómo actuaría el personaje que creaste si estuviera en el lugar de ellos.

Lecturas para inspirarse: aventura y fantasía
En La vuelta al mundo en 80 días Julio Verne cuenta las peripecias del Phileas Fogg y su ayudante Picaporte. Fogg, un extravagante caballero inglés apuesta la mitad de su fortuna a que es posible completar el itinerario alrededor del mundo en solo 80 días (Tené en cuenta que la historia fue publicada en 1873).
Leé el fragmento seleccionado de Julio Verne. Observá cómo el protagonista resuelve un contratiempo durante su estancia en la India.

Fragmento de La vuelta al mundo en 80 días
Julio Verne

A las ocho de la mañana, y a quince millas antes de la estación de Rothal, el tren se detuvo en medio de un extenso claro del bosque, rodeado de "bungalows" y de cabañas de obreros. El conductor del tren pasó delante de la línea de vagones diciendo: -Los viajeros se apean aquí. Phileas Fogg miró a sir Francis Cromarty, que pareció no comprender nada de esta detención en medio de un bosque de tamarindos y de khajoures. Picaporte, no menos sorprendido, se lanzó a la vía y volvió casi al punto exclamando: -¡Señor, ya no hay ferrocarril! -¿Qué queréis decir? -Preguntó sir Francis Cromarty. --Quiero decir que el tren no sigue. El brigadier general descendió al instante del vagón. Phlleas Fogg lo siguió sin darse prisa. Ambos se dirigieron al conductor. -¿Dónde estamos? -Preguntó sir Francis Cromarty. -En la aldea de Kholby -respondió el conductor. -¿Nos paramos aquí? -Sin duda. El ferrocarril no está concluido. -¡Cómo! ¿No está concluido? -No. Falta un trozo de cincuenta millas entre este punto y Hallahabad, donde se vuelve a tomar la vía. -¡Sin embargo, los periódicos han anunciado la apertura completa del ferrocarril! -¡Qué queréis! Los periódicos se han equivocado. -¡Y dais billetes desde Bombay a Calcuta! -Replicó sir Francis que empezaba a acalorarse. -Sin duda -replicó el conductor- pero los viajeros saben muy bien que deben hacerse trasladar de Kholby a Hallahabad. Sir Francis Cromarty estaba furioso. Picaporte hubiera de buena gana acogotado al conductor. Ya no podía más, no se atrevía a mirar a su amo.
-Sir Francis --dijo sencillamente mister Fogg-, vamos a discurrir, si lo queréis, el medio de llegar a Hallahabad. -Mister Fogg, se trata aquí de una tardanza absolutamente perjudicial a vuestros intereses. -No, sir Francis, ya estaba prevista. -¡Cómo! ¿Sabíais que la vía?... -De ningún modo; pero sabía que un obstáculo cualquiera surgiría tarde o temprano en el camino. Ahora bien, no hay nada comprometido. Tengo dos días de adelanto que sacrificar. Hay un vapor que sale de Calcuta para Hong-Kong el 25 al mediodía. Estamos a 22 y llegaremos a tiempo a Calcuta. No había nada que decir ante una respuesta dada con tan completa seguridad. Demasiado era cierto que los trabajos del ferrocarril terminaban allí. Los periódicos son como algunos relojes que tenían la manía de adelantar, y habían anunciado prematuramente la conclusión de la línea. La mayor parte de los viajeros conocían esa interrupción de la vía, y al apearse del tren se habían apoderado de los vehículos de todo género que había en el villorrio, paikigharis de cuatro ruedas, carretas arrastradas por unos zebús, especie de bueyes de giba, carros de viaje semejantes a pagodas ambulantes, palanquines, caballos, etc. Así es que mister Fogg y sir Francis, después de haber registrado toda la aldea, se volvieron sin haber encontrado nada. -Iré a pie --dijo Phileas Fogg. Picaporte, que entonces se reunía con su amo, hizo un ademán significativo al considerar sus magníficas babuchas. Por fortuna había ido también de descubierta por su parte, y titubeando un poco, dijo: -Señor, me parece que he hallado un medio de transporte. -¿Cuál? -¡Un elefante! ¡Un elefante que pertenece a un indio que vive a cien pasos de aquí! -Vamos a ver el elefante -respondió mister Fogg. Cinco minutos después, Phileas Fogg, sir Francis Cromarty y Picaporte llegaban cerca, de una choza adherida a una cerca formada por altas empalizadas. En la choza habia un indio, y en la cerca, un elefante. El indio introdujo a mister Fogg y a sus dos compañeros en la cerca. Allí se encontraron en presencia de un animal medio domesticado, que su propietario domaba, no para hacerlo animal de carga, sino de pelea. Con este fin había comenzado por modificar el carácter naturalmente apacible del elefante, procurando conducirlo gradualmente a ese paroxismo de furor llamado "muths" en lengua india, y esto manteniéndolo durante tres meses con azúcar y manteca. Este tratamiento puede parecer poco a propósito para obtener semejante resultado, pero no deja de ser empleado con éxito por los criadores. Afortunadamente para Fogg, el elefante en cuestión llevaba poco tiempo de ese régimen, y el "muths" no se había declarado todavía.

Kiouni -así se llamaba el animal- podía, como todos sus congéneres, hacer durante mucho tiempo una marcha rápida, y, a falta de otra cabalgadura, Phileas Fogg resolvió utilizarlo.

Tu relato puede también incluir situaciones fantásticas.

Leé el fragmento seleccionado de “Las Aventuras del Barón de Münchhausen”. En el libro, el protagonista vive increíbles situaciones a partir de su prodigiosa imaginación.

Fragmento de Las Aventuras Del Baron De Munchhausen
Gottfried August Bürger
Continué mi viaje hasta que la noche y las tinieblas me sorprendieron. Ninguna señal ni ruido me indicaban la presencia de un pueblo: todo el país estaba sepultado bajo la nieve, y yo no sabía el camino.
Fatigado y sin poder ya más, me decidí a echar pie a tierra, y até mi caballo a una especie de tocón de árbol que sobresalía por encima de la nieve. Me puse por precaución una de mis pistolas bajo el brazo y me acosté sobre la misma nieve. Sin embargo, dormí tan bien, que cuando abrí los ojos era ya de día claro. Pero ¡cuál no fue mi asombro cuando me encontré en medio de un pueblo, en el cementerio! En el primer momento no vi mi caballo, pero al cabo de algunos instantes oí relinchar por encima de mí. Levanté la cabeza y pude convencerme de que el animal estaba suspendido de la veleta del campanario.
Muy pronto me di cuenta del singular acontecimiento: había encontrado el pueblo enteramente cubierto de nieve; durante la noche se había templado súbitamente el tiempo, y mientras yo estaba durmiendo, la nieve se había derretido bajándome lenta y suavemente hasta el suelo: lo que en la oscuridad de la noche había tomado por un tocón de árbol, no era sino la veleta o remate del campanario. Sin embarazarme más, tomé una pistola, apunté a las bridas y volví dichosamente por este medio a tomar posesión de mi caballo, continuando mi camino.

Todo fue bien hasta mi llegada a Rusia, donde no hay la costumbre de ir a caballo en invierno. Como mi principio es conformarme siempre con los usos de los países en que me hallo, tomé un trineo de un solo caballo y me dirigí alegremente a San Petersburgo.
No sé exactamente si fue en Estonia o en Ingria, pero recuerdo aún perfectamente que fue en medio de un espantable bosque donde me vi perseguido por un enorme lobo, a quien hacía más ágil aún el aguijón del hambre. No era posible escaparse de sus garras y muy pronto me alcanzó: dejéme caer maquinalmente al fondo del trineo y dejé a mi caballo que saliera del paso y cuidara de mis intereses como Dios le diera a entender. Sucedió lo que yo me presumía y no me atrevía a esperar. Sin cuidarse de mi débil individuo, saltó el lobo por encima de mí, cayó furioso sobre el caballo, desgarró y devoró en un instante todo el cuarto trasero del pobre animal, que, aguijado por el dolor y el espanto, aún corría más veloz. ¡Me había salvado! Levanté furtivamente la cabeza y vi que el lobo iba ocupando el lugar del caballo a medida que se lo comía: la ocasión era demasiado favorable para malograrla, y no vacilé; tomé el látigo y me puse a zurrar al lobo con todas mis fuerzas. Estos inesperados postres no le causaron poco terror: lanzóse hacia adelante con toda su ligereza y, ved lo más extraño, cayendo al suelo el esqueleto de mi caballo, quedó el lobo uncido a mi trineo.
Por mi parte, yo no daba a la mano punto de reposo, de modo que corriendo con tal y tanto garbo no tardamos mucho en llegar sanos y salvos a San Petersburgo, contra nuestra esperanza respectiva y con gran asombro de los transeúntes.

Completamos el siguiente cuadro a partir de los fragmentos leídos y de películas vistas.

Cada uno se pondrá “en la piel” de uno de los protagonistas e imaginará nuevos obstáculos y soluciones.

Aplicación:

A estas alturas contamos con variados materiales e ideas para comenzar a producir nuestra historia.
Redactaremos textos y realizaremos las correcciones pertinentes tal como lo venimos haciendo.

A mí me pasó (trabajo a partir de historias reales)
Realizamos un ejercicio de introspección recordando dificultades que se interpusieron entre nosotros y un sueño o un proyecto personal. También podremos recurrir a nuestros conocidos para que nos cuenten sobre obstáculos que encontraron en diferentes momentos de sus vidas.
Escribiremos sobre esas situaciones, ¿pudieron lograr su propósito? Imaginen diferentes modos de resolución.

Hazañas imposibles (Trabajo a partir del relato fantástico)
A veces, resolver una situación cotidiana puede dar pie a una aventura. Imaginen que su rutina diaria se ve interrumpida por un hecho inesperado.
A partir de allí, deberán ensayar diferentes modos para regresar a la normalidad. Imaginen situaciones fantásticas.

Cierre: Pasamos en limpio nuestra hazaña imposible para incluirla en el libro que armaremos ente todos los integrantes del curso para ampliar la biblioteca de la escuela y de casa.

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